Esta casa se sitúa con respeto en medio de un bosque a la orilla de un río, preservando la vegetación existente y adaptando sus volúmenes a los claros naturales y al asoleamiento óptimo. Su disposición en torno a un patio interior crea un núcleo que canaliza iluminación diurna y ventilación cruzada, mientras las galerías perimetrales se abren al paisaje fluvial sin perder privacidad. La geometría de líneas puras y planos contundentes rinde homenaje al lenguaje midcentury modern de Richard Neutra, reinterpretado con una propuesta orgánica que responde al entorno y guía recorridos fluidos entre interior y exterior.

Los materiales celebran la sobriedad y la calidez: forjados y muros enlucidos de cuarzo y cal contrastan con revestimientos y mobiliario en madera natural, estableciendo texturas honestas y duraderas. En el interior, fuentes de agua y estanques mínimos se integran al patio y a los vestíbulos, aportando frescura sonora y reforzando el vínculo con la naturaleza circundante. Cada espacio busca un equilibrio entre luz, aire y vegetación, creando un refugio armonioso donde el paisaje y la arquitectura conviven como un único organismo.